RESEÑA: ANNA: El peligro tiene nombre

Anna es una modelo rusa que vive el sueño de trabajar en las mejores pasarelas europeas… o eso pareciera, ya que realmente es una agente secreta de la KGB, el equivalente de la CIA en Rusia y está cumpliendo la misión más importante de su vida, tratar de ser libre.

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Cuando uno ve este tipo de premisas, cree que ya lo ha visto todo y que ya sabe qué es lo que pasará, pero algo que hace muy bien la película de Anna es no enfocarse plenamente en las misiones o las escenas de combate, sino en el personaje principal y su desarrollo, sus emociones, sus deseos, cómo llegó a estar en ese lugar y envuelta de peligros que la han atormentado toda su vida. Nos muestra una crudeza en sus emociones que no vemos siempre en películas de acción, aunque realmente no podría encasillarla en esta categoría por lo mismo que ya he contado.

Las actuaciones son muy convincentes; la participación de Sasha Luss en el papel protagónico, quien sin duda nos deja cautivados. El problema es que no todos los personajes son tan bien desarrollados, fuera de Anna y la complicidad que vive en medio d duna guerra sin fin, tenemos un par de personajes memorables y otros que sólo están de paso, pero que al final de cuentas sirven de guía en el camino de Anna.

En conclusión: Esta película es más que solo “madrazos y balazos” ya que busca que nos metamos en la piel de un personaje que no es para nada perfecto, que entendamos las analogías, simbolismos y detalles sutiles que nos cuentan una historia más allá de ver coreografías de peleas y disparos. Que nos narra una historia que si bien, tiene sus huecos, puntos débiles y te manipula a su beneficio, nos muestra una crudeza emocional que pocas veces vemos en una película de este tipo. Ideal para pasar una noche de películas.