Reseña – Candyman (2021)

Si su nombre frente al espejo y vendrá a para asesinarte.

Candyman no es una sola persona, es un espíritu, que se representa a aquellas víctimas de las circunstancias. Que tiene rencor, odio y sed de sangre para quienes lo merezcan y se interpongan en su camino.

Anthony es un un joven pintor, dedicado y talentoso que se ve presionado a llevar su trabajo al límite si quiere conservar su puesto en una exposición de arte que lo ha ido despreciando. Es entonces cuando se dedica a investigar más a fondo en su ciudad, cuando se encuentra con la leyenda de Candyman, la cual despierta y se apodera de él para desatar una masacre a quien dude de su veracidad.

La película se nos presenta como una historia de terror, que utiliza ciertos elementos paranormales que alimentan la atmósfera, pero que tiene un trasfondo que lo hace sentir más como una queja o una protesta política en disfraz.

La historia comienza con un buen ritmo, las actuaciones no son de lo mejor, pero cumplen su cometido. En especial con Anthony, quien es el que sufre los mayores cambios a lo largo de la cinta. El problema es que la misma historia se siente perdida de momentos, quiere contar muchas cosas y a la vez termina por no centrarse en lo que importa realmente.

El clímax es un tanto absurdo, con un giro de trama que no cuaja y que te va a dejar más bien indiferente a lo que termina por suceder; lo cual es lamentable, ya que romperá con el personaje que se nos vino construyendo.

En conclusión:

Una película que no da miedo, que no sabe lo que tiene que contar y que se siente sin una razón de peso creíble, pero que cuenta con secuencias entretenidas y que a final de cuentas no le pide mucho al espectador que solo quiere pasar el rato. Aunque consideramos que mejor busques otra opción.