Reseña – El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo

Reseña – El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo

06/06/2021 0 Por Lalo Olivares

El conjuro es esa saga de películas de “terror” que amas u odias. No hay punto intermedio. Lo que sí hay, es una discusión interna entre los fanáticos de estas películas, ya qué hay quienes aman la saga original y odian los spin-offs y hay quienes solo van a disfrutarlas porque “están buenos los sustos” y eso es lo que quieren.

Con esto dicho, tenemos qué hay una base sólida de seguidores como para que se consideren seguir haciendo películas de esta franquicia, por lo cual estamos seguros de que seguiremos viéndolas por mucho tiempo, pero… ¿ha pesado esa sobre explotación a la calidad que alguna vez se dice que tuvieron?

El conjuro 3, como todas sus sucesoras, se jacta de estar basada en hechos reales. Cabe aclarar que esto en la mayoría de los casos es solo una exageración del término, ya que puede ser sólo alguna inspiración que tuvieron un día por ver algún acontecimiento y que decidieron rellenar y exagerar. Es así como funciona, pero que a la gente le gusta pensar que de verdad podría pasar.

La historia nos cuenta como un niño poseído por un demonio recibe un exorcismo en el que los warren estaban involucrados; pero es a raíz de éste, que el espíritu maligno se traspasó hacia un joven llamado Arne, quién eventualmente asesina a un compañero suyo y es llevado a juicio, donde deben probar que los actos cometidos fueron a causa de una posesión.

La premisa suena interesante y a grandes rasgos lo es. A pesar de que hemos visto un gran número de películas de exorcismos, está no será otra de ellas, a pesar de que comienza con uno, ya que se enfocará en cómo afecta la posesión a las personas involucradas y cómo pueden resolver el misterio de este caso al mismo tiempo que salvan a una persona inocente de un castigo como la pena de muerte.

La primera mitad de la película se desarrolla bien, los personajes son empáticos y es fácil relacionarse con ellos. Los momentos de tensión están logrados de buena manera y a pesar de que se abusa de los jump scares, hay momentos de suspenso que no están nada mal.

El problema radica en que llega un punto en que la historia se pierde a sí misma y para no perder también el interés de la audiencia, comienzan a suceder cosas demasiado exageradas y sin fundamento. Las cosas malas pasan porque hay una persona mala que hace todo porque “soy satánico y soy muy malo” sin más. Además de otras cosas que no tienen explicación, solo pasa porque es espectacular, “no preguntes, solo gózalo”.

En conclusión:

Un festín de sustos baratos, gritos y jump scares al por mayor. Una película basada en hacer ver todo espectacular y no tanto en desarrollar terror. Ya que todo lo interesante se queda en la primera mitad y lo demás es un carnaval de efectos. Una película para pasar el rato, pero que a los fanáticos del terror simple o los seguidores de la franquicia, dejará más que satisfechos.