RESEÑA – ABIGAIL: CIUDAD FANTÁSTICA

Abigail: Ciudad Fantástica

Por Luz Castillo

Abigail vive en una ciudad cuyas fronteras se cerraron muchos años antes debido a una epidemia. Custodiada por un muro, la ciudad es tranquila hasta que se dice que el muro ya no es protección suficiente, por lo que las autoridades detienen a los infectados para evitar la propagación de la misteriosa enfermedad. El padre de Abigail era uno de los enfermos, y se lo llevaron cuando ella tenía seis años. Abigail pretende encontrar a su padre, aunque esto implique ir en contra de las autoridades, y en su búsqueda descubre la verdad sobre la enfermedad que amenaza su ciudad, la cual está llena de magia. Abby también descubrirá que ella misma tiene habilidades extraordinarias.

Los personajes de Abigail: Ciudad Fantástica tienen diseños muy buenos, pero ninguno parece estar completamente desarrollado, las muestras mínimas de carácter de la mayoría de ellos hacen muy difícil la identificación con alguno, y la empatía por parte del espectador.

A pesar de que el horror de un gobierno opresor y la sofocación de una ciudad amurallada se plantean bastante bien, no hay un momento en la historia en que se sienta verdadera tensión. Incluso con revelaciones interesantes, no se llega a sentir que exista un riesgo real contra el que los personajes tengan pocas posibilidades y la mayoría de los obstáculos que se presentan se superan de formas muy sencillas.

Uno de los aspectos más llamativos de esta película es la combinación de un ambiente steampunk con los elementos mágicos que plantea la historia. La tecnología retrofuturista y los poderes mágicos en armonía contribuyen a la construcción del mundo de la obra, aunque no termine por ser la mejor, esto porque muchas cosas no parecen tener reglas claras y no se explica muy bien de dónde vienen y cómo funcionan los poderes de algunas personas.

La estética y los efectos de Abigail: Ciudad Fantástica son excelentes, aunque su historia no termina por ser del todo convincente, aunque sí es entretenida, a pesar de sus carencias.